En un reciente artículo publicado por BBC News, el reportero especializado en tecnología James Clayton conversó con Sarah Miller, directora del American Economic Liberties Project, quien integrará el equipo de transición de Biden tras la salida de Donald Trump.
“Ya no es una figura bienvenida en el coctel. Y no creo que lo haya sido en mucho tiempo”, aseguró Sarah Miller para referirse al cambio de percepción que ha recaído en el fundador y director ejecutivo de Facebook, sobre todo después de los escándalos que han marcado a la red social durante los últimos años.
Biden lleva más de 47 años activo en la política estadounidense. – Foto:
Entre esos escándalos se destacan el de Cambridge Analytica, las frecuentes investigaciones antimonopolio, el presunto uso de su plataforma para ayudar a incitar a la limpieza étnica en Myanmar y las críticas a la privacidad de WhatsApp, aplicación que fue comprada por Facebook en 2014.
“Facebook es ampliamente visto como el villano más prominente, entre todos los monopolistas tecnológicos”, agregó Miller.
Biden toma distancia
El presidente ha usado el ejemplo de Facebook como sinónimo de los efectos negativos que puede generar Internet. Hace un año, Biden le dijo a The New York Times que nunca ha sido fanático de Facebook. “Nunca he sido un gran ‘fan’ de Zuckerberg. Creo que es un verdadero problema”, dijo el actual mandatario de Estados Unidos.
Tras la victoria de Biden en las pasadas elecciones, su subjefe de comunicaciones, Bill Russo, tuiteó que la desinformación causada a través de Facebook no solo era un inconveniente electoral, sino un problema que “está destrozando el tejido de nuestra democracia en los días posteriores”.
A finales de 2019, Biden le dijo a CNN que la red social estaba “fuera de control”. “No puedes hacer lo que ellos pueden hacer en Facebook, o decir cualquier cosa y no reconocer cuando sabes que algo fundamentalmente no es cierto”, agregó el líder demócrata.
Por esa razón, ahora que se ha posesionado como presidente, Biden está en capacidad de implementar medidas para reestructurar a las grandes compañías tecnológicas estadounidenses, especialmente cuando se trata de presuntas prácticas de monopolio, desinformación a través de sus plataformas y manejo indebido de los datos de sus usuarios.
¿Qué implicaciones tendría?
Facebook es la red social que más ingresos percibe por cada usuario, con un total de US$7,89, por arriba de otras plataformas como Twitter, Snapchat y Pinterest. – Foto: Crédito: GettyImages/LightRocket/SopaImages
Uno de los cambios significativos que podría emerger es la derogación de la Sección 230, una legislación que evita que empresas como Facebook sean demandadas por los contenidos que publica la gente.
Joe Biden ha dicho que le gustaría que esa legislación fuera “revocada”, lo que podría representar un grave problema para Facebook ante el volumen de contenidos fraudulentos y difamatorios que circulan en la red y que serían susceptibles de demandas.
Esto se suma a que las investigaciones sobre presunto monopolio se aceleraron desde 2020, cuando la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) les solicitó a Facebook y a otras tecnológicas entregar información sobre las adquisiciones que habían realizado durante la última década.
El objetivo de la investigación es determinar si estas compañías obtuvieron una serie de ventajas competitivas al comprar “competidores nacientes” mediante acuerdos que no fueron informados a las agencias antimonopolio.
Facebook fue cuestionada por la adquisición de compañías más pequeñas como Instagram y WhatsApp, justo en momentos en que ambas crecían considerablemente.
En octubre del año pasado también se conoció que el comité demócrata investigó por más de 16 meses las actuaciones de las grandes tecnológicas en Estados Unidos y sugirió que debían hacerse “enormes cambios” ante al poder que acumulaban empresas como Facebook.
En un informe de 450 páginas, los demócratas señalaron que estas compañías representan un monopolio, por lo que es necesario que el Congreso adopte cambios en las leyes, aunque ello resulte en la separación de algunas partes de sus negocios, por ejemplo en el caso de Instagram y WhatsApp.
De acuerdo con algunos informes, el presidente Biden estaría contemplando la posibilidad de crear un zar antimonopolio para reformar el sector tecnológico en Estados Unidos.
En definitiva, bajo esas circunstancias, la llegada de Biden a la Casa Blanca parece estar más del lado de quienes insisten en que es necesario regular a las grandes tecnológicas.