El futuro de las universidades y un apunte de Google al respecto

El futuro de las universidades y un apunte de Google al respecto

La universidad es básicamente para divertirse, no para aprender.

Google es una empresa que ha sabido capitalizar su diferenciador: organiza la información del mundo y con ello ha ido más allá de solo organizarla.

Del campo en blanco en espera de tu búsqueda y el “voy a tener suerte” que pocos entendieron, pasó a ofrecer una suite de oficina, un explorador satelital del planeta, su propio asistente virtual, un servicio de telescopio en tu escritorio, rastreadores de tendencias, un servicio de envío de comida, libros y electrónicos hasta una plataforma para encontrar servicios de caridad y donaciones, entre cientos de iniciativas y proyectos.

Con una base de más de 100 mil empleados, Google es una de las empresas públicas que tiene más de una línea de negocio que alimenta su crecimiento. Tal vez por eso es posible que la empresa vaya más rápido que los usuarios, por lo que ha decidido tomar ahora, la iniciativa de impartir educación tecnológica.

Es cada vez más común ver desarrolladores sin título universitario en su rama y freelances expertos que se actualizan en línea, que piensan que la autoeducación privilegia su tiempo, dinero y oportunidades.

Por ello se está poniendo en entredicho la eficiencia del título universitario en un contexto en el que se está probando que el conocimiento no es exclusivo del aula, por lo que son ya muchas empresas las que han iniciado procesos de reclutamiento sin exigir un título formal.

Tim Berners-Lee sabía que, con su desarrollo, internet, revolucionaría algunos aspectos de la realidad, pero jamás imaginó que la realidad misma fuera trastocada y con una profundidad estructural.

Es un hecho que la educación está a punto de experimentar cambios que integren el ritmo que las distintas industrias irán exigiendo en los próximos años. Por eso podríamos ir viendo que la gente apoye la educación a modo y certificada, por encima de los canales tradicionales.

Así, Google está por habilitar certificados de carrera con duración de un semestre. Menos de lo que duró tu tronco común y un octavo de tiempo de lo que en promedio tardaste para empezar a trabajar.

Pero no son los primeros esfuerzos académicos de la empresa que, sin una motivación de suplantar el rol de las universidades, impartió ya dos cursos con certificados de carrera: el de Soporte IT y uno de automatización con Python.

Fueron más de 600 mil estudiantes inscritos y el 85% de ellos quedaron fascinados con la experiencia, que además rondó en 49 dólares al mes y no demandaban más de 5 horas a la semana.

¿Serán estos certificados el equivalente de una carrera universitaria? ¿Es suficiente un semestre de capacitación técnica para contar con una formación que se ostente como profesional e integral? ¿Es el inicio de un estándar en la industria? ¿Serán capaces las universidades de leer correctamente las señales y adaptarse a las necesidades y los tiempos? ¿Qué tendría que observar un empleador en alguien que ostente un certificado, por un lado y por otro, un título?

Conectar el conocimiento con las posibilidades de las máquinas abre posibilidades a una era cognitiva, con habilidades y perspectivas diferentes, que tiene que ser medida con el compás del largo plazo y una perspectiva no solo técnica, sino humanista y habilitadora de un pensamiento crítico, empático y libre.

La manera en la que los jóvenes van a aprender sus disciplinas profesionales es un termómetro para identificar los distintos territorios y direcciones de pensamiento de los años próximos.

La Dubai Future Foundation avizora que para 2026 todo el mundo tenga acceso a internet y en 2030 cree que los cerebros puedan tener una conexión a la nube. Podremos respaldar pensamientos y recuerdos. Tal vez, hasta interpretar sueños, ¡de manera presencial!

También estima que en 2032 la educación sea personalizada a manera de tutorías en entornos virtuales y con inteligencia cognitiva y en 2036, cree que las instituciones académicas desaparecerán como las conocemos, solo quedarán aquellas icónicas, con roles diferentes a los de impartidores de educación.

No hay que esperar a 2036. Planes de estudio, políticas educativas, metodología del aprendizaje, asignaturas prioritarias, son algunos de los temas a revisión urgente en las instituciones académicas actuales. Y no tienen mucho tiempo, pues este es el recurso probado más valioso, incluso por encima que la data misma.

O, después de todo, ¿qué porcentaje de tus estudios formales recuerdas? ¿Y qué tanto de ellos aplicas en tu práctica diaria?

 

[forbes.com.mx]