A lo largo de estos meses la función se ha ido integrando gradualmente a la red social. En donde se utiliza una mezcla de reportes de usuarios, algoritmos y revisión manual por parte de moderadores para habilitar o no la advertencia.

El uso excesivo de Photoshop o algún otro programa de edición digital podría exponer al contenido a ser clasificado como falso.

Pero existe la posibilidad de perder la etiqueta de advertencia si la imagen vuelve a ser revisada por otro moderador.

Hay una intención positiva en esta nueva función, aunque algunos de los usuarios más dedicados y empedernidos que alimentan su cuenta de Instagram tal vez no estarán muy cómodos con el cambio.