11 May La excusa de la cuarta dosis, una nueva y peligrosa trampa para hackear el WhatsApp
Santiago Satz denunció en su perfil de Twitter que lo habían querido estafar. Infobae se comunicó con él y relató la historia.
Un usuario de Twitter denunció que lo habían intentado estafar con la excusa de la cuarta vacuna de Covid-19 mediante su teléfono. Luego, descubrió que alguien había ingresado en su cuenta de WhatsApp. Infobae se comunicó con la víctima y relató todo lo que ocurrió.
Cerca de las 17 de hoy, Santiago Satz recibió un llamado a su teléfono celular. Del otro lado, la voz decía ser una médico que representaba al Ministerio de Salud de la Nación. Luego, la voz le confirmó que su cuarto dosis de la vacuna contra el Covid-19 ya estaba disponible. Sin embargo, mientras pasaban los segundos en la comunicación, Santiago comenzó a dudar. En paralelo, lo llamaron y le dieron un código, él se lo repitió al primer médico que lo llamó en primer lugar yluego vio que su cuenta de whatsapp se había bloqueado.
Tras eso recibió un mensaje que decía: “Tu cuenta de WhatsApp está siendo registrada en un dispositivo nuevo, no compartas el código con nadie”. En ese momento, Santiago terminó la comunicación y desístanlo rápidamente el homebanking de su teléfono y desvinculó sus tarjetas de crédito y débito en Mercado Pago.
“Cuento esto para que la gente esté alerta. Ahora te llaman con la excusa de la cuarta dosis de Covid. Encima, en un momento, cuando me empecé a dar cuente de qué iba la mano, el hombre que decía ser médico, me dijo que le pasara los números de teléfono de familiares míos, que sepa que tampoco tenían la cuarta dosis. Increíble”, dice a Infobae Santiago.
Todo comenzó cerca de las 17. “A esa hora recibí un llamado de Whatsapp. Al lado del número aparecía la foto con el símbolo del ministerio de Salud de Nación”, relató Santiago.
Y siguió: “Un nombre que se presentó como médico, me dijo que tenía la cuarta dosis disponible para mí. Después me informó que me iban a estar llamando al mismo tiempo para pasarme un código y con ese número poder irme a vacunar al último lugar al que había ido”.
“Así, me llamaron al mismo tiempo, coloqué la llamada inicial en espera y atendí al otro. La persona me dio el código: 11397F. Después colgó y yo se lo di al primer sujeto, al supuesto médico. Me respondió que me estaban llamando en ese momento, que había que re chequear el código. Ahí empecé a sospechar. Me volvió a llamar y corté”, relató el hombre.
Luego, contó que el supuesto médico le decía “señor Santiago” y él nunca le había mencionado su nombre, por lo que sabían cómo se llamaba de antemano. “Inmediatamente, se me había desinstalado el WhatsApp en el teléfono. Ahora, no puedo descargarlo. Todavía no sé si lograron ingresar o no. Por las dudas avisé a todos mis conocidos”, concluyó Santiago.
Sin embargo, el caso de Santiago no es un caso aislado. Las denuncias por ciberfraudes aumentaron casi un 200% durante el primer trimestre de 2022 en comparación con el mismo período de 2021, según un informe presentado por el Observatorio de Cibercrimen y Evidencia Digital en Investigaciones Criminales de la Universidad Austral (OCEDIC).
De acuerdo con el trabajo, en la Argentina se registran en promedio 4.800 fraudes por mes en sus diferentes modalidades. Principalmente, mediante estafas en WhatsApp, phishing, usurpación de identidad y “cuento del tío 2.0″. “La realidad es que el dinero que se maneja es de alto valor, supera aproximadamente el millón y medio de pesos mensuales”, precisó la directora del OCEDIC, Daniela Dupuy, en diálogo con Infobae.
Según sus dichos, el aumento de los fraudes virtuales es un fenómeno mundial que va en paralelo al avance de la tecnología, que creció exponencialmente durante la pandemia, y nuestro país no es la excepción.
“En general, los usuarios que tienen problemas con su HomeBanking, recurren a las redes sociales para solucionarlo, por tratarse de la vía más directa e incluso a veces pensando en el ‘escrache’ público” a la entidad para una pronta solución. Y si bien en muchos casos las cuentas de las redes donde se hace el reclamo son verdaderas, los delincuentes toman de allí la información y los datos de ese usuario, y lo contactan haciéndose pasar por el banco.
“En otros, directamente efectúan este escrache en una cuenta apócrifa de la entidad, manejada por delincuentes”, añadió Dupuy sobre las modalidades de ciberestafas más frecuentes.
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